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Hoy veremos la tercera clave para la oración eficaz. Esta clave se encuentra en Romanos 10:9–10 donde dice:
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (RVR1995)
La oración debe venir del corazón. Esos versículos en particular nos enseñan que, si una persona va a orar una oración de salvación, el corazón y la boca deben ir juntos. No es suficiente con tan solo emitir las palabras. Su corazón y su boca deben estar de acuerdo.
Yo creo que esta verdad se aplica a cualquier tipo de oración. No es suficiente con tan solo usar palabras elocuentes. El corazón debe estar en unión con las palabras si espera ver resultados.
Pienso que solamente las cosas que arden intensamente en nuestros corazones son las que verdaderamente tocan el corazón de Dios.
Cuando era joven, solía ir de pesca con mis primos. Por las noches, los murciélagos salían y mis primos tomaban una señuelo y lo aventaban al aire. Y, de vez en cuando, alguno de los murciélagos quedaba enganchado al señuelo.
Pienso que cuando oramos es como lanzar las cañas a los cielos. Pero solamente son las oraciones que salen de nuestro corazón las que se enganchan en el cielo.
La oración eficaz viene del corazón.
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