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Permítame hacerle una pregunta. ¿Usted cree que Dios le quiere bendecir? Quizás diga “Sí” pero, ¿realmente lo cree en su corazón?
Tome un momento para leer Ezequiel 34:26:
Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.
Yo creo que la Biblia nos enseña que así como hay temporadas de pruebas, hay temporadas de bendiciones excepcionales que vienen de Dios. Y esas temporadas de bendiciones excepcionales no deberían tomarse a la ligera. Debemos capitalizarlas y dejarnos impulsar por el ímpetu cuando esas temporadas lleguen.
No me malentienda, Dios es bueno todo el tiempo, y Él es bueno con todos. Sus misericordias están sobre todas Sus obras. Él hace que Su sol salga sobre los buenos y los malos, y envía lluvias sobre el justo y el injusto. La realidad es que Dios es bueno inclusive hacia las personas que no son buenas, sencillamente porque esa es Su naturaleza.
Sin embargo, hay bendiciones más ricas y frecuentes que vienen de la mano de Dios. Y éstas llegan a alguien que hace algo en particular.
Mañana quiero que lo vea conmigo en el libro de Gálatas. A medida que veamos los versículos, veremos que, aunque Dios es bueno con todos, las bendiciones más ricas y frecuentes son para aquellos que hacen algo en particular. Juntos veremos este punto más en profundidad.
Hoy, solamente quiero que comprenda la verdad de que Dios sí quiere bendecir su vida de una manera extraordinaria.
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