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Jeremías 23:3–4 dice:
Yo mismo reuniré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las he echado, y las haré volver a sus pastos; y crecerán y se multiplicarán. Pondré sobre ellas pastores que las apacentarán, y nunca más tendrán temor, ni se aterrarán, ni faltará ninguna —declara el Señor. (LBLA)
Como descubrimos en uno de nuestros devocionales anteriores. Dios le otorga bendiciones más ricas a aquellos que se mantienen fieles (el remanente). Una buena pregunta para hacerse es: “¿Cuáles son las bendiciones para aquellos que sí permanecen fieles?”
Jeremías nos da una buena pista:
¿Está interesado en multiplicarse? ¿En dar fruto? ¿En ser valiente? Dios dice que esas son las cosas que les suceden a los miembros del remanente. Esas son las ricas bendiciones que recibirá si permanece fiel, comprometido y obediente.
En una ocasión, leí la historia sobre un viejo miembro de los Dodgers de Brooklyn, un lanzador llamado Harry Hartman. En 1918, le llamaron cuando todavía jugaba en las ligas inferiores para que lanzara contra los Piratas de Pittsburgh. ¡Era su sueño hecho realidad! En el primer lanzamiento, el bateador pegó un sencillo. No fue la gran cosa.
El siguiente bateador pegó un triple. Harry le dio la base a los siguientes cuatro bateadores. El siguiente bateador pegó un sencillo. Harry Hartman dejó el campo, se fue al vestuario, se duchó, se puso ropa normal, fue a una oficina de reclutamiento naval y se alistó. Al día siguiente, ya estaba en uniforme y nunca más fue visto en el béisbol profesional. Se desanimó y se rindió.
No importa cuál sea la situación, ¡no se rinda! Permanezca fiel, porque Dios promete grandes bendiciones a aquellos que se mantienen en el camino.
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