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En 1 Corintios 1:20, 27–29, el apóstol Pablo nos presenta unas palabras muy poderosas:
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este siglo? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad? sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios. (LBLA)
A menudo estamos enamorados por lo que el mundo considera sabio y poderoso, pero Dios no. Él escoge las cosas que son necias y débiles, cosas que el mundo considera insignificantes, y cosas que el mundo inclusive desprecia, y las utiliza para avergonzar las cosas que las personas consideran sabias.
Debemos comprender que, en ocasiones, Dios invierte la sabiduría convencional. Y yo creo que las Escrituras nos muestran tres maneras en las que Dios lo hace.
Primero, hay ocasiones en las que Dios invierte la sabiduría convencional con las personas que Él elige para Sus propósitos. Segundo, Él confunde la sabiduría humana con los planes que Él despliega, ya sean estos planes para su liberación o planes para hacer avanzar Su reino y expandir Su obra.
Y, en tercer lugar, Dios realmente confundirá a los sabios de este mundo con el perdón que Él da.
A través de las personas, de los planes y del perdón, ¡Dios confunde al sabio!
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