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En Proverbios 18:2, se no da una importante palabra de advertencia:
Al necio no le complace el discernimiento; tan solo hace alarde de su propia opinión.
¡Es tan fácil jugar el papel de este necio cuando estamos tratando con una relación tensa o rota! En vez de buscar comprender a la otra persona, la mayoría de las veces sentimos la necesidad de hacer que la otra persona comprenda nuestro dolor.
Así como yo, usted probablemente haya dicho: “Necesitas escucharme. Necesitas comprender por qué me duele. Necesitas comprender por qué reaccioné de tal manera. Necesitas ver que yo estoy en lo correcto. Necesito convencerte de que yo estoy justificado en las cosas que dije e hice”.
Cuando decimos esas cosas no estamos interesados en comprender el punto de vista de la otra persona para llegar a una paz mutua. Solamente queremos expresar nuestras opiniones, nuestro dolor y nuestras razones.
La Biblia dice que así es como se comporta el necio. Yo me voy a ir al frente de la línea y voy a decir: “Yo he sido ese necio en más de dos ocasiones”. Pero debemos aprender a escuchar y comprender.
Una vez que haya escuchado y comprendido, aquí le va una frase importante para aprender: “Entiendo lo que dices, y lo siento”. Eso no significa: “Entiendo lo que dices, y siento mucho que seas tan tonto”. Eso significa: “Te he escuchado, y lo siento”. Punto. “Perdóname”.
Es increíble cómo algunas personas se ahogan con esas palabras. De hecho, es alarmante ver cuán pocas son las personas que saben cómo expresar una disculpa apropiadamente. Ofrecen la rosa de la disculpa entregándola por el lado espinado.
No sea un necio. Escuche—para comprender.
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