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Hoy quiero hablarle sobre su destino y su propósito. Primero, lea Efesios 2:10:
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. (LBLA)
La palabra antemano se refiere a antes de la fundación del mundo. Lo que el apóstol Pablo está diciendo en este versículo es que, antes de que naciéramos, Dios ya había preparado buenas obras para que nosotros anduviéramos en ellas. Dios decidió que nosotros estaríamos haciendo ciertas cosas.
En otras palabras: “Usted fue diseñado con un propósito específico, y eso es lo que usted debería estar haciendo en su vida”.
En Filipenses 3:12, Pablo también declara:
No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. (LBLA)
La frase “sigo adelante” literalmente significa “yo prosigo”. ¿Qué es lo que Pablo afirma que está prosiguiendo? Está prosiguiendo su propósito.
En ese camino a Damasco, Jesús se encontró con Saulo de Tarso, y lo hizo por una razón. Había un propósito. Desde el día en que Jesús puso su mano sobre él, la vida de Pablo llegó a ser una búsqueda progresiva para tratar de encontrar la respuesta a la pregunta: ¿Dios, por qué me escogiste? ¿Cuál es mi propósito?
¿Qué es lo que yo deseo que entienda? ¡Usted tiene un propósito en la vida diseñado por Dios! Hay algo para lo que usted ha sido capacitado. Esa ha de ser su tarea en esta vida.
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