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En nuestro devocional anterior leímos Judas 1:4 lo cual afirma:
Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo. (LBLA)
Antes de dejar este versículo, quiero destacar una frase que considero que hoy por hoy es un terreno peligroso para la Iglesia en los Estados Unidos de América. Es la frase: “Hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios”.
Libertinaje literalmente significa lujuria, maldad, e inmoralidad. Estas personas creían que una vez que uno era salvo, podía vivir como le diera la gana.
Hay personas en la Iglesia hoy en día con este tipo de mentalidad. Creen que si uno es salvo por gracia, y las buenas obras no ameritan salvación, entonces uno puede hacer lo que sea.
Puede acostarse con quien sea, cometer adulterio, emborracharse, o cualquier cosa que les plazca. ¡Después de todo es gracia! Sus obras no tienen importancia. ¡Usted puede vivir como mejor le plazca!
Una de las cosas que he escuchado a través de los años es: “No importa lo que haga. Es gracia. Dios me perdona, así que, de todas formas lo voy hacer”.
Usted no debería vivir de esa manera. Créame, algo comenzará a destruirse en su interior y, al final, tendrá que pagar el precio.
Si usted está convirtiendo la gracia de Dios en libertinaje a través de la inmoralidad, o cualquier otro pecado, le desafío hoy mismo a que no lo haga más. Confiésele su pecado a Dios, deje de hacer aquello que ha estado haciendo, y pídale a Dios que le ayude a vivir para Él. Si lo hace, experimentará la verdadera gracia de Dios la cual nos enseña que “vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:12 LBLA).
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