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Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón. (1 Samuel 16:7 LBLA)
Cuando Dios nos ve, lo primero que ve es la condición de nuestro corazón. En los próximos devocionales estaremos viendo varios aspectos diferentes del corazón—rasgos que deben estar presentes para poder experimentar las ricas bendiciones de Dios.
De vez en cuando, me toca limpiar las tuberías de nuestra casa. Es impresionante lo rápido que se obstruyen. Si no las limpio, tarde o temprano, el fregadero se obstruye y el agua deja de fluir.
Si periódicamente no tomamos el tiempo de ir ante Dios para que purifique y limpie nuestros corazones, tarde o temprano Sus bendiciones no podrán fluir a través de nosotros.
Creo que es importante estar comprometidos con Dios antes de que busquemos sus bendiciones.
Dios encomendó a Moisés que le dijera al Faraón: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva”. La mayoría de las personas quieren ser liberadas del cautiverio, pero no están muy entusiasmadas por “servir”.
El Señor está buscando corazones comprometidos. ¿Su corazón le pertenece completamente a Él? Si no, entrégueselo hoy mismo.
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