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En Efesios 6:17–18, el apóstol Pablo nos dice:
Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (RVR1995)
Hoy quiero que preste especial atención a la frase “Orad en todo tiempo con toda oración” (Efesios 6:18 RVR1995).
Creo que Pablo está señalándonos el hecho de que hay diferentes tipos de oraciones. En los próximos devocionales, quiero hablar sobre estos diferentes tipos de oraciones.
Ahora bien, quizás esté pensando: “La oración es oración. ¿Para qué volverse tan técnico?” Y sí, hay bastante verdad en eso ya que la oración en los términos más sencillos es hablar con Dios, y eso es algo que cualquiera puede hacer.
Sin embargo, afirmar que “todas las oraciones son oraciones” es lo mismo que afirmar que “todos los deportes son deportes”. En cierto sentido es verdad, pero uno no puede jugar un tipo de deporte con las reglas que gobiernan un tipo distinto de deporte.
Recuerdo cuando era entrenador de béisbol para niños. Un niño bateó la pelota al cuadro exterior, el jardinero tomó la pelota y se la lanzó al niño que estaba corriendo hacia segunda base y le pegó en la espalda. El jardinero comenzó a gritar: “¡Fuera, fuera, estás fuera, te toqué!”
Bueno, quizá eso funcione en el juego de los quemados, pero no en el béisbol. Hay diferentes tipos de oraciones para diferentes tipos de circunstancias, las cuales espero ayudarle a comprender en los próximos devocionales.
Sea diligente en hablar con Dios cada día pero, junto con ese compromiso, márquese como su objetivo aprender las ‘reglas’ que gobiernan los diferentes tipos de oraciones.
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