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Al ver su vida hoy en completa honestidad y transparencia, quizás tenga que reconocer que ha perdido ese filo, ese entusiasmo, ese celo, esa pasión espiritual que una vez tuvo.
Si en verdad ha perdido su filo, ¿cómo lo puede recuperar? Durante los próximos siete devocionales, le ayudaré a comprender cómo recobrar su filo espiritual basado en 2 Reyes 6.
El primer principio en el que me quiero enfocar está basado en el hombre que perdió el hierro de su hacha, como leímos en 2 Reyes 6:5: “Cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, el hierro del hacha se le cayó al agua” (LBLA).
Ahora, habría sido torpe seguir derribando los troncos sin el hierro del hacha, ¿verdad? No habría progresado.
Sin embargo, eso es lo que muchos cristianos hacen hoy en día. Han perdido su filo espiritual, y solamente llevan a cabo la rutina, sin progresar.
¡Están derribando con el puro mango del hacha!
Piensan: “Bueno, sé que debo ir a la iglesia, así que iré. Siempre y cuando me mantenga ocupado, quizás nadie se dé cuenta de la condición de mi corazón”. Y hacen esto no solamente por algunas semanas o meses, sino que algunos lo hacen por años.
Sin progresar, sin crecer. Simplemente están batiendo con el mango de su hacha sin el hierro.
Si así se encuentra hoy, deje de batir solo con el mango. Si no está progresando, admítalo. Hasta que no esté dispuesto a enfrentar el hecho de que no ha estado creciendo, jamás podrá recuperar su filo espiritual.
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