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Hoy vemos el tercer principio para recobrar nuestro filo. El primero fue admitir que lo hemos perdido, y el segundo fue poner nuestros ojos en el Maestro. El tercero es tomar responsabilidad si ha perdido su filo espiritual.
Quiero llevarlo nuevamente a 2 Reyes 6:5:
Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, el hierro del hacha se le cayó al agua; y gritó, y dijo: ¡Ah, señor mío, era prestado! (LBLA)
Es importante comprender que los hierros de las hachas simplemente no se caen por caerse. Se caen porque no se les da el mantenimiento adecuado.
He pasado muchísimas horas cortando leña, y he tenido varias hachas. Pero en todos los años en los que he cortado leña nunca he perdido el hierro de ninguna de mis hachas.
La única razón de porqué el hierro del hacha puede caerse es porque el que la está usando no le está dando el mantenimiento adecuado. Muy bien pudo haber sido el caso de este hombre en 2 Reyes 6 que perdió el hierro de su hacha. Él era responsable por cerciorarse de que el hierro del hacha se mantuviera en su lugar.
El punto es el siguiente: si usted ha perdido su filo, necesita tomar responsabilidad. Si es algo que usted hizo, o dejó de hacer, arrepiéntase. Tome responsabilidad por sus acciones y deje de estar culpando a otros.
No tiene sentido querer señalar a la última iglesia a la que asistió, o a su esposa, o a su jefe, o a cualquier otra persona. Nadie puede quitarle su filo. Usted es el único que puede perderlo.
Deje de culpar a otros, y tome responsabilidad por su filo perdido. Este es un paso necesario hacia la recuperación de su filo espiritual.
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